29 junio, 2011

Etapas de comprensión de los padres

Esto va para los que ya los dijeron a sus padres/tutores sobre su orientación, o los que piensen decirselos, en el texto están las posibles etapas y reacciones que tendrán sus padres mientras procesan la información. Esta algo largo, pero vale la pena leerlo. Y está demás decir, que no todos tienen las reacciones en el mismo orden ni con la misma intensindad, algunos solo tienen algunas.


1. El choque.

La etapa inicial del shock puede ser anticipada si sospechas que tus padres no tienen la menor idea sobre lo que te propones compartir. Esta etapa puede que dure desde diez minutos hasta una semana; por lo general se disipa en unos días. El choque es una reacción natural por la cual todos pasamos - y necesitamos por un tiempo- para evitar la angustia y el disgusto. Comunícales que no te ha sido posible ser totalmente honesto con ellos y que no te gusta la distancia que ha aparecido con el pasar de los años. Asegúrales tu amor por ellos. Dilo más de una vez. Aunque al principio no responderán de una manera positiva a tu manifestación de amor, les llegará una vez que estén solos y piensen sobre todo esto. Recuérdales que eres la misma persona hoy que eras ayer: "Vosotros me queríais ayer, no he cambiado desde entonces, soy la misma persona que ayer". A veces un padre no pasa por la fase de choque: "Siempre supe que eras diferente. consideré la posibilidad. Está bien. Te quiero. Tendrás que ayudarme a comprender y aceptar la realidad". Algunas veces dicen:" hace tiempo que nos habíamos enterado porque dejaste una carta sobre la mesa el verano pasado; hemos estado esperando que nos dijeras algo". Si es así, tu labor será mucho mas fácil, ya que han de haber pasado por algunas de las etapas por su cuenta.


2. La negación.

La negación ayuda a amparar a la persona de un mensaje amenazante o doloroso. Es distinta al choque porque indica que la persona sí oyó el mensaje y está intentando desarrollar un mecanismo de defensa para combatirlo. La negación toma muchas formas: Hostilidad -"ningún hijo mío va a ser marica"- la no aceptación - "Qué bien querido, ¿que quieres para comer?"- desprendimiento- "Si escoges ese estilo de vida, no quiero enterarme más de eso"- o el rechazo -"es sólo una etapa, ya se te pasará". Su percepción de tu orientación sexual ha sido distorsionada por los mensajes que han recibido y aceptado de nuestra sociedad homofóbica. La manera en que se manifiesta la negación puede extenderse desde un estado hipnótico sereno hasta el llanto o los gritos histéricos. Muchos padres toman una ruta intermedia: lloran con frecuencia. "Mi esposa y yo estábamos seguros de que nuestro hijo había caído presa de alguna actividad de liberación homosexual porque le parecía peligrosa y excitante. Pensamos que los reportajes de los medios de comunicación sobre la homosexualidad lo atraían probablemente por ser él inmaduro y porque no sabía lo que verdaderamente quería. Insistimos en que visitara a un psiquiatra cuanto antes para tratar la ira que había acumulado en el último año. Acordamos ir al psiquiatra también por separado. Después de que Pablo fuera dos o tres sesiones, el psiquiatra hizo trizas nuestro mecanismo de negación: "He aconsejado a muchos jóvenes gays y estoy convencido de que ésta no es una ilusión pasajera; basado en mi mejor conocimiento, su hijo es gay".

Tú podrías sugerir el nombre de un consejero o dos si tus padres consideran que el asesoramiento podría aclarar su confusión. No seria aconsejable que sugirieses a una persona gay, ya que tus padres querrán una persona con un punto de vista "imparcial". Si te presionan para que vayas a ver a un consejero, sugiere que tú vas si ellos también van al mismo número de sesiones que tú. Puede que se resistan en base a que ellos no necesitan ayuda: sin embargo, en el fondo probablemente darán acogida a la oportunidad de hablar con alguien. Tus padres pueden necesitar ayuda en distinguir lo "normal" de la "norma". Es probable que piensen que la homosexualidad no es normal. Puedes ayudarles al explicarles que aunque la homosexualidad no es la norma, si es lo natural para ti. Señálales que dentro de todo el mundo natural hay excepciones a las reglas; mientras que la mayoría de las personas tienen los ojos del mismo color, algunas tienen un color distinto en cada ojo. Tus padres deberán entender que aunque tu orientación sexual no es la norma, es una respuesta natural y honesta para ti.

Si su negación toma forma de "No interesa hablar de eso", si no cambian durante una semana, deberás tomar la iniciativa gradual y cautelosamente. Entabla el tema suavemente cuando parezcan estar relajados. "Papá, hace tiempo que he querido hablar de esto contigo; por favor, no me alejes de tu vida. No puedo seguir mintiéndote. Te quiero y quisiera que continuases queriéndome también." Personaliza tu mensaje de manera que penetres sus defensas.
No es necesario que les brindes mas información de la que te pidan. El darles información sobre tus experiencias podría resultar en el desarrollo de unas defensas más fuertes. Contesta sólo las preguntas que te hagan; más tarde tendrán otras preguntas para ti. Por sentirse incómodos al hacerte preguntas, puede que te sea necesario formular sus preguntas antes de contestarlas. Deberás estar preparado para conversar con tus padres individualmente, si fuese necesario. La mayoría de las parejas reaccionan ante tal revelación como lo hacen con otros choques; uno toma la delantera y se encamina hacia la resolución antes que el otro. No te enfades con el más lento de los dos. Frecuentemente las parejas experimentan problemas en su propia relación cuando esto sucede. Quien parezca adaptarse mas rápidamente puede sugerir que a su pareja le encanta retrasar las "soluciones"; el que se mueva más lentamente quizás piense que el otro acepta demasiado pronto la situación. Los padres que se encaminan a distinto paso pueden experimentar tensión, ya sea expresamente o en silencio.

El mecanismo de la negación es uno de esos interesantes enigmas de la psique humana, sobre el cual se han vertido auténticos ríos de tinta. Fue estudiado por el fundador del psicoanálisis, Sigmund Freud, y repensado desde muchos puntos de vista por gran cantidad de autores, incluyendo la mencionada Elisabeth Kubler-Ross. ¿Y si pensáramos que unos padres que niegan, sabiéndolo, el hecho de que su hijo es gay, en realidad dijeran: "Al hijo que soñábamos que iba a ser le hemos asociado ahora la figura del homosexual (rodeada de monstruos y fantasmas sin cuento…), pero nos disgusta dar por buena esta asociación"? Y no sólo importa el mecanismo exclusivamente psicológico, pues también existe y ha existido un mecanismo de negación en la esfera social que interacciona con aquél. Es el silencio o la infrarrepresentación de las minorías sociales, que no procede sólo de la suma de múltiples negaciones individuales, sino que se ejerce también a través de estructuras puramente sociales, como la censura (leyes contra la representación de la homosexualidad) o la prohibición (leyes contra los actos homosexuales consentidos y en privado). La organización social en los países más avanzados está cambiando, sin duda, y nos felicitamos por ello, pero los homosexuales siguen sin poder expresar afectividad en público, salvo excepciones, y siguen estando perseguidos por la ley en muchos países donde los derechos de los ciudadanos son atropellados impunemente.


3. El sentimiento de culpa.

La mayoría de las personas que se enfrentan a la homosexualidad la consideran como un "problema" y preguntan: "¿Qué causa el problema?" Creen que si dan con la causa, entonces la curación estará al alcance. "Para mí, la duda se tornó introspectiva": ¿Qué he hecho yo de malo? Fuera la causa genética o ambiental, consideraba que era mi culpa. Me preguntaba qué tipo de modelo era yo como hombre: examinaba mi masculinidad. Por un tiempo, no importaba desde qué ángulo examinara la situación, creía ser la fuente principal del problema. Era un sentimiento que yo no podía expresarle a nadie por sentirme muy avergonzado y triste. A pesar de que ambos padres suelen sentirse culpables, el padre del mismo sexo que el hijo es el que lo siente más agudamente. Por fin un día mi esposa me dijo: "no creo que sea razonable el que tú te eches la culpa: tú criaste dos hijos, uno es gay y otro no lo es. Tiene que haber otros factores". Frecuentemente los padres solteros se culpan aún más como responsables por la pérdida, separación o divorcio del cónyuge: "sé que fallé, no logré ser tu padre y tu madre a al vez"

Cuando un padre y una madre se sienten culpables se centran en sí mismos. No logran preocuparse por lo que tú hayas pasado; en esa etapa están demasiado ensimismados para preocuparse por ti. Puesto que son tus padres, puede que no sean capaces de admitirte que se sientan culpables. Reconocer este sentimiento es como decir "Yo te he causado esta horrible situación, yo te he hecho distinto. Cúlpame a mí." Esta no es una posición cómoda para ningún padre. Tú puedes ayudarlos de varias maneras.

Asegúrales que tú no crees que la causa sea tan sencilla como ellos la ven. Diles que hay muchas teorías y que el origen de la homosexualidad no se conoce. Bríndales un libro dirigido a los padres.- Un libro puede atraerles en estos momentos porque representa una autoridad. Ten el libro a la mano para darles; no les envíes a una librería gay a buscarlo. Ellos ahora quizás estén listos para hablar con una persona de confianza; algunos querrán hablar con un clérigo. Será difícil alejarlos de una persona que hayan escogido con quien tú consideres no les convenga consultar.
Si sabes alguna agencia que haya ayudado a otras familias, ten su nombre listo para ellos. Una organización de orientación gay podría serles útil pero resistirán visitarla por considerarla del bando contrario. Dales el número de teléfono local de la Asociación de padres de gays y lesbianas. En España hay menos, pero cada ciudad, por pequeña que sea, cuenta con un grupo de gays y lesbianas que realizan actividades sociales. Quizá ellos les puedan informar de actividades para padres y el nombre de otros padres que hayan acordado de antemano hablar con ellos.

No esperes que respondan inmediatamente a estas sugerencias; podrían no actuar si se sienten avergonzados o culpables. El brindarles esta información es como sembrar una semilla que tomará tiempo en dar su fruto.


4. La expresión de sentimientos.

Cuando esté claro que el sentimiento de culpa y la autorrecriminación no son productivos, tus padres estarán listos para hacer preguntas, escuchar tus respuestas y aceptar sus sentimientos. Este es el momento para el dialogo productivo entre vosotros. Ahora brotará toda la gama de sentimientos: "me siento defraudado de que no tendré nietos". "Por favor, no se lo digas a nadie en la familia: no estoy listo para enfrentarme con ninguna persona sobre este asunto","Me siento sólo y herido"; "Creo que hubiese sido mejor no saberlo", "¿Cómo puedes herirnos de esta manera?","Preferiría morir". Ya que tu vida en una sociedad homofóbica te ha obligado a sentir muchos de estos sentimientos (el aislamiento, el temor al rechazo, el dolor, la confusión, el temor al futuro...) tú puedes compartir con ellos tu experiencia con sentimientos similares. Sin embargo, permíteles suficiente tiempo para que lo expresen ellos mismos; no dejes que tus necesidades se sobrepongan a las de ellos. Si ellos no han leído un libro o hablado con otros padres, sugiéreles que lo hagan. Ofrécete para leer un capítulo con ellos e incluso a ir con ellos a una reunión de padres. "Pablo nos había sugerido que conociéramos a Daniel. Al principio no teníamos interés porque después de dejar de culparnos a nosotros mismos por lo que había pasado, le empezamos a echar la culpa a Daniel. Yo me sentía enojado de que esta catástrofe hubiera caído sobre nuestra casa; estaba seguro que iba a arruinar nuestras vidas. Siempre creí que éramos buenos padres, que no merecíamos esto. Mi ira con Pablo muy raras veces fue expresada, sin embargo permanencia en la superficie, lista para que yo me enfrentara con ella".

La ira y el dolor son probablemente los sentimientos mas frecuentemente expresados. Muchas veces son sentimientos iniciales que parecen rencorosos y crueles. Si es que tus padres han de progresar, es mejor que expresen estos sentimientos a que los escondan e intenten negar su existencia. Enfrentarte a estos sentimientos será difícil para ti. Tendrás la tentación de retirarte, arrepintiéndote de haber planeado el asunto. No te des por vencido, sin embargo, no des marcha atrás. Al expresar estos sentimientos tus padres están camino de la recuperación. Resulta, pues, que tanto la fase 3 como la 4 de la polémica giran alrededor del sentimiento de culpa, que se manifiesta en los padres: primero se sienten ellos culpables, por turno, y luego culpabilizan a su propio hijo o al novio de éste. Los padres, por lo visto, tienen que sentirse responsables de todo lo que le ocurre a su hijo, el cual, por otro lado, ya empieza a ser algo más que un niño. Quizás existe en todo este complejo sistema de sentimientos una abrupta percepción de que el lazo idílico entre el niño y sus padres se ha transformado, de que aquél niño indefenso que necesitaba tantos cuidados y devolvía tanto amor ya no es el mismo: primero tienen choque y negación, luego sentimientos de pérdida y de culpa por esa pérdida, con reparto de responsabilidades y todo. Y, sin embargo, es todo tan natural… ¿No será que somos unos sentimentales sin remedio?

Es curioso que todo esto puede ocurrir también con hijos heterosexuales, quienes en la adolescencia y en la juventud atraviesan frecuentes crisis de comunicación con sus padres. Lo específico de los hijos homosexuales es que, a veces, se invierte demasiada pasión o bien se toman decisiones demasiado drásticas (hijos expulsados de sus casas, terapias inútiles etc…) Es decir, es una cuestión de grado. Pero como no todo es lamentarse, lo cierto es que las crisis se superan. El documento nos informa a continuación de cómo ocurre esto en el conflicto entre hijos gays y padres heterosexuales.


5. La decisión personal.
A medida que el trauma emocional disminuya, tus padres podrán enfrentarse de una manera más racional al asunto. No sería raro que para este momento quieran detenerse a considerar sus opciones futuras. Es como llegar a una encrucijada en el camino. La manera como escoja cada persona refleja la actitud que ella esté dispuesta a asumir al enfrentarse a la situación. Puede que tus padres decidan tomar distintos caminos. Ciertos factores podrían influenciar el camino que escojan. Las lecturas sobre la homosexualidad y otras conversaciones con los padres puede que les alienten a tomar una actitud mas positiva. Su orientación religiosa tomará un papel importante. Su orientación general, ya sea liberal o conservadora, tendrá mucho que ver con su respuesta. Un factor importante es la importancia que le den a la restauración de su relación contigo. Una variedad de factores les influenciaran según formulen la manera de enfrentarse a este asunto. A continuación describo tres clases de decisiones.

1. La mayoría continuarán queriendo a sus hijos de una manera que les permita decir. "Sigues siendo mi hijo", podrán aceptar la realidad de la orientación sexual de su hijo o hija y brindarle su apoyo. De hecho ahora la relación entre padres e hijos estará basada en al honestidad y respeto mutuos. La mayoría de los padres dicen que su relación está mejor que nunca. Todos se sentirán mejor sobre lo sucedido. Hasta este momento tus padres han tenido sólo un vistazo de tus necesidades, de ahora en adelante podrán estar más conscientes. Ahora se preocupan de los problemas que has de enfrentar. "Aunque teníamos una leve idea de las necesidades de nuestro hijo, mi esposa y yo estamos hoy en día más conscientes y entendemos por lo que él ha pasado". "Le conseguimos una habitación sólo en la universidad para hacer posible vivir su vida sin tener que darle excusas o explicaciones a un compañero de cuarto". "Invitamos a Daniel a nuestro hogar con más frecuencia y pronto se convirtió en parte de nuestra familia. Cuando Pablo habló con su hermano pudimos hablar con Luis y darle apoyo a Pablo."

2. Algunas veces los padres responden dejando claro que es un asunto que no requiere más discusión. Aunque pueden hablar del tema, lo consideran muy delicado. Han progresado hasta cierto punto y no quieren avanzar más. Esto no indica necesariamente una actitud negativa hacia ti. Ellos conocen sus límites y no quieren ser empujados mas allá de estos. Aunque deberás respetar esta actitud, todavía podrías intentar darles una mano. Déjales saber que los quieres - en dichos y en hechos - Déjales saber gradualmente sobre tu sexualidad: o sea, sobre grupos gays en los que participas (en el centro comunitario, tu grupo religioso o atlético). Esfuérzate por no dejar que se alejen de ti. Preséntales a algunas de tus amistades; el conocer a otras personas homosexuales (en números reducidos) les ayudará a romper con los tópicos. En ciertas ocasiones tu orientación sexual se podría tornar en foco de constante batalla. Todo lo que hagas o digas ha de verse como síntoma de tu problemas. Tus horarios, tu lenguaje, tus amigos , tu selección profesional, tus calificaciones escolares, etc. (En realidad tales preocupaciones reflejan un sentido de insuficiencia personal por parte de tus padres). Mientras exista esta situación, tanto los padres como el hijo saldrán perdiendo. Por lo general, cuando uno de los padres asume este papel extremo a la otra parte de la pareja no le queda más remedio que tomar una posición similar. En cuanto a los hijos se refiere, con frecuencia los padres que asistan a reuniones de padres o que conversen con otros padres que apoyan a sus hijos, muy raras veces mantienen una actitud negativa. Si rehúsan ir a una reunión, quizás estén dispuestos a encontrarse con algunos padres en un restaurante tranquilo. Si tu intento no tiene éxito, no te desanimes. Busca a un padre o a una madre sustituto o un amigo o amiga que te pueda ayudar.

La solución de problemas y el cambio de actitudes algunas veces parecen avanzar con dos pasos adelante y un atrás. No es raro que los padres recaigan un paso o dos y vuelvan a discutir algo que tú creías que ya se había resuelto.
Permíteles tiempo para digerirlo. Te vas a sentir desalentado cuando suceda pero muchas veces esta es la manera como sucede el cambio. Los padres están durante esta etapa superando los obstáculos que se plantean en la asociación mental existente entre la figura de su hijo - una gran cantidad de historia vital, en realidad - y la imagen que se han hecho de la homosexualidad - esta es más bien una suma desordenada de prejuicios y estereotipos que se han asimilado inconscientemente en discusiones no muy inteligentes o películas basura. Por lo tanto están luchando internamente contra la homofobia, una lucha justa y que merece apoyo, pues el amor que quieren mantener sobre sus hijos es realmente un bien mayor que los prejuicios sin fundamento que ahora lo obstaculizan. Como dice la guía de PFLAG, la mayoría de los padres lo logran, si bien de distintas maneras y dando dos pasos adelante y uno atrás, razón por la cual esta etapa que ya es de superación del conflicto se denomina "La decisión personal".

3. También puede ocurrir que algunos padres superen las formas gruesas de la homofobia, pero no las sutiles, por ejemplo: aceptan una suerte de comportamiento homosexual ejemplar o ideal, pero no los aspectos reales del mismo, como puede ser la tolerancia que se muestra hacia la transgresión de los roles de género sexual en algunos ambientes homosexuales o el hecho de que otros se comporten de manera promiscua o frecuenten lugares de encuentro sexual de mala fama. Y esto ocurre incluso aunque no tengan reparos, en conversaciones informales, a la hora de admitir la promiscuidad heterosexual. Es patético comprobar cómo algunos miembros de una familia prefieren continuar negando la homosexualidad de otro a costa de contemplarlo eternamente como una suerte de Don Juan que no se compromete con ninguna mujer y que vive una divertida y comprensible promiscuidad heterosexual.

Como la mente humana y su ingeniería de los prejuicios es, en realidad, un gran laberinto, no creo que los padres estén obligados a compartirlo todo de sus hijos ni estos de sus padres, y podemos felicitarnos si el proceso de dar a conocer la propia sexualidad a los padres concluye con una superación de las formas gruesas de la homofobia, como parece ser que ocurre en la mayoría de los casos. Más interesante aún, algunos padres están dispuestos a ir más allá y llegar a...


6. La verdadera aceptación.

No todos los padres llegan hasta aquí, pero algunos sí. La mayoría pueden amar a sus hijos sin aceptar su estilo de vida. Muchos alcanzan incluso a celebrar la diferencia de su hijo. Estos afortunados ven la homosexualidad como una variante legítima de la sexualidad humana. Cuando se les pregunta si desearían que su hijo cambiase, responden "Yo preferiría cambiar nuestra sociedad homofóbica de tal manera que mi hijo pudiera vivir su vida sin rechazo ni miedo."
Los padres en esta etapa superan su propia culpa, la de ser parte de una sociedad culpable, homofóbica. Piensan en las bromas o comentarios despectivos que han hecho ellos mismos durante años y comienzan a entender los problemas que inconscientemente han creado para su hijo.

Finalmente llegan a pensar en la opresión de los gays y lesbianas desde un nuevo punto de vista. Entonces puede ser que comiencen a luchar contra esa opresión: Hablan con amigos acerca de estas cuestiones tratando de educarse a sí mismos y a los otros; apoyan a los amigos gays de su hijo o hija; acuden a asociaciones de padres de gays tratando de ayudar a otros padres. En definitiva, se adhieren a una causa y buscan una vía adecuada a sí mismos para realizar alguna contribución positiva.

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